Monday 13 August 2012

Urbanismo IV: El templo griego.


Eirené, helenos.
El artículo de hoy termina el ciclo de urbanismo, aunque haré una addenda con algo de información sobre el santuario de los anfitriones de Delos. Espero que os sea de interés.

Durante el Periodo Arcaico el culto se practicaba al aire libre, por lo que los templos no eran necesarios. Simplemente era un área sagrada con un altar (bomos) y algunos otros elementos imprescindibles para las liturgias.
Los templos primitivos eran de madera, similares a las cabañas, pues ambos tenían la misma función: las cabañas servían como morada, y los templos como lugar para albergar la estatua del dios o dioses a los que estaba dedicado el templo. Consistían en poco más que un cubículo donde albergar la imagen del dios y, en torno a él, fuertes puntales para sostener la cubierta a dos aguas del techo.
De origen ancestral, pero que perduraron más allá del cambio de era, eran los locus o lugares sagrados: fuentes, lagos, montañas, bosques, etc. Estaban ligados a dioses y semidioses con dominio sobre la naturaleza y, si se construía algo no era más que alguna especie de mojón indicador o un pequeño murete o temenos, que delimitaba el área sagrada. Dichas zonas sagradas, se respetaban mucho e incluso había polis que se disputaban estos lindes sacros, como Épiro y Macedonia (Metone).
Como la madera es muy vulnerable al fuego o la lluvia, torno al 600 a.C. se comenzó a utilizar la piedra y, posteriormente, el mármol, sobre todo en “el siglo de Pericles”, con el auge ático. Los troncos de madera se sustituyen por columnas, que dejaron de sostener vigas de madera, para pasar a sujetar el entablamento, un grueso dintel de piedra. Las cabezas de las viguetas de madera se señalaban mediante los triglifos, que significan “tres cortes”. Para mantener inmóviles las viguetas de madera se colocaban unas placas cerámicas llamadas metopas, que se solían decorar.
“El hombre adquiere en Grecia el protagonismo de quien se siente el centro y dominador del Universo”. Los edificios adoptan su escala al canon humano (humanismo), dejando atrás la macroescala de culturas como la egipcia.

La disposición más habitual de los templos es la de levantar sobre un basamento de tres escalones (krepis) una columnata alrededor de una caja mural  que presenta tres estancias: pronaos (pórtico de entrada), cella/naos (estancia principal destinada únicamente a albergar al dios) y opistadomos (cámara que custodiaba los tesoros que los griegos ofrendaban a sus dioses, e incluso el tesoro de las polis), como fue el caso de los famosos Tesoros de Delos, que albergaron un tiempo los bienes de la Liga ático-délica, hasta que fueron requeridos por la boyante Atenas.
El templo no era un lugar para la congregación de los fieles, era la residencia del dios. Los ritos se celebraban en el exterior, tras una especie de procesión sagrada, y sólo puntualmente se podía acceder al interior con el fin de adoración u ofrenda, como cuando se solicitaba una incubatio.
El macro templo délico, en el que se desarrolla este evento, contaba además con toda una miríada de estructuras a su alrededor.

Existen dos clasificaciones de los templos grecorromanos:
1.     1.- según el número de columnas:
                                  -          tetrástilo: 4 columnas
                                  -          hexástilo: 6 columnas
                                  -          octástilo: 8 columnas
                                  -          decástilo: 10 columnas
                                  -          dodecástilo: 12 columnas
2.       2.- o según su forma en planta o disposición de las columnas:
                                  -          tholos: templo de planta circular (asociado a templos de culto femenino)
                                  -          in antis: acceso con dos columnas
                                  -          próstilo: fila de columnas en un lado
                                  -          anfipróstilo: fila de columnas en dos lados
                                  -          períptero: columnata perimetral
                                  -          díptero: columnata perimetral doble

De esta manera, gracias a la doble clasificación, se puede dar el caso de templos anfipróstilos octástilos, ya que cuentan con una fila de columnas en dos de sus lados, y el número de columnas es de ocho.
El tholos es un edificio que, conceptualmente, es igual que los que son rectangulares, aunque presenta una cella circular rodeada perimetralmente de órdenes. El conjunto se levanta sobre el habitual embasamento escalonado. Solía tener en el centro de la cella una llama permanentemente encendida en ofrenda a la deidad. Lo más probable es que su cubierta consistiera en una techumbre cónica de madera con un orificio en la cúspide para la salida del humo. El mejor ejemplo es el tholos de Atenea en Delfos o el templo de las vestales en Roma.
La solución canónica que resuelve el problema estructural y decorativo es el llamado orden, que, además, introduce relaciones proporcionales entre las dimensiones de los elementos. Los órdenes griegos son tres: dórico (siglo VI), jónico (siglo V) y corintio (siglo IV).
La escultura era muy importante en los templos: los relieves y las acroteras (pedestales) en el exterior dignificaban la morada divina, y hacían más grande la impresión y el asombro del visitante. En las metopas y los frisos se suelen representar escenas de mitos y dioses. Funcionaban a modo de los retablos medievales, pues explicaban gráficamente los principales mitos de la religión, relacionados habitualmente con las deidades a las que se rendía culto en el templo.

Aunque hoy nos parece raro, los griegos hacían mucho uso del color en sus templos. Pintaban con colores muy vivos, normalmente rojos, azules y blanco. Las estatuas no sólo eran de mármol, sino que había criselefantinas (oro y marfil) o las más rústicas de madera (como los xoana de las procesiones).

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