Friday, 27 July 2012

Urbanismo heleno. Parte III. Estructura de la ciudad y funciones principales de los edificios y estructuras.




Hola de nuevo, helenos y afines!!!

Ya se va acercando el evento y querría recordaros que aún falta mucha gente por pagar la señal de 25 €. Os ruego que lo vayáis haciendo en cuanto os sea posible.

En el último post de urbanismo terminábamos así: Se distinguen entonces dos ciudades: la ciudad alta, que es la acrópolis, donde están los templos y donde los ciudadanos encuentran su última defensa, y la ciudad baja, astu, que es donde se desarrolla la vida diaria. 

Continuamos con una somera descripción de las principales partes de la ciudad helena y sus funciones básicas. Sois libres de abundar en el tema por vuestra cuenta y preguntarnos cualquier duda que os surja.
En el siguiente y último post de urbanismo, Janire nos deleitará con comentarios interesantes sobre los templos, ya que hay muchos sacerdotes en el evento y además, la reunión se realiza en uno de ellos.

            Elementos generales de la ciudad griega:

          -         La estoa o stoa: plaza o calle con columnatas.
          -         El ágora: plaza cuadrada habitualmente. Los principales templos se hallaban cerca, al igual que ciertas estructuras políticas.
          -         El buleterio y el eclesiasterio.
          -         El gimnasio y la palestra.
          -         El teatro.



            Cada polis contaba con dos organismos básicos: el pritaneo y el bouleuterion. En las ciudades democráticas ambos se encuentran junto al ágora. Hay solamente un único pritaneo y un único bouleuterion en cada polis.

            El hogar común, o pritaneo, estaba consagrado al dios protector de la ciudad. Comprende un altar con una fosa común para las brasas, una cocina, y una o varias salas comedores. El fuego debía de estar siempre encendido y, cuando se partía para formar otra colonia, tomaban de este hogar el fuego para el pritaneo de la colonia próxima. 

            El consejo de nobles, o boulé, representaban a la asamblea de ciudadanos y se reunían en el bouleuterion. El buleterio es una Casa del Consejo (o bulé) construida únicamente para este fin. Se cree que el primero se construyó a finales del siglo VI a.C. para las deliberaciones del Bulé de Olimpia. A nivel arquitectónico, es un edificio a medio camino entre la estoa y el teatro, pues son gradas contenidas dentro de un espacio techado de forma rectangular. La asamblea de ciudadanos se reunía para oír las decisiones de los jefes, o bien para deliberar. Normalmente se reunían en la plaza del mercado o en el ágora. También se podían reunir en el ecclesiasteron, la sala para las asambleas públicas. Su emplazamiento contra el pritaneo sugiere un estrecho vínculo en el funcionamiento de estos dos edificios.

            La estoa era un lugar abierto de reunión, capaz de ofrecer sombra y protección a la gente reunida. Era un pórtico cubierto y alargado cuya pared posterior estaba abierta para el comercio. Se encuentra en todos los lugares de recreación pública, siendo el tema de planeamiento más importante del periodo helenístico. A su vez, la calle con columnatas se empleaba, sobre todo, en las ciudades coloniales, donde el clima exigía una mayor protección que la que pudiera proporcionar la estoa. La estoa era el elemento más importante del planeamiento urbanístico. Era un edificio polivalente en cuanto a fines públicos: económicos, políticos, financieros y filosóficos. Podía crecer tanto en altura, añadiendo un piso, como en anchura, formando dos naves.

            En cuanto al ágora, se trataba de un lugar de reunión al aire libre. Cada polis tenía, al menos, una. Había dos tipos: aquellos lugares en los que el pueblo se reunía para presenciar las proclamaciones de los gobernantes, funcionarios, etc; y aquellos otros de reunión para llevar a cabo los negocios públicos y privados. En ambos casos se trata de una amplia superficie abierta, normalmente de forma rectangular, rodeada de estoas. A menudo incluía templos dentro de sus límites, así como fuentes y estatuas. El bouleuterion, el pritaneo y otros elementos importantes se agrupaban en las inmediaciones.

            El ágora comercial se hallaba rodeada de negocios y puestos. Aristóteles decía que “debe establecerse un ágora, tal y como la que los tesalios llamaban “el ágora de los hombres libres”; en este lugar debe excluirse todo comercio y no debe permitirse la entrada de artesanos, campesinos y demás personas de esta naturaleza, a menos que hayan sido citados por los magistrados… También deberá haber un ágora para los comerciantes, distinta y alejada de la anterior, en situación tal que resulte conveniente para la recepción de las mercaderías tanto por mar como por tierra… Los magistrados que se ocupan de contratos, denuncias, comparendos y demás, como también aquellos que tienen a su cargo el cuidado del ágora y de la ciudad, deben establecerse cerca del ágora o de algún lugar público de reunión; las vecindades del ágora mercantil serían a este efecto un punto adecuado; el ágora superior debe estar dedicado a la vida del ocio, en tanto que la otra tiene por objeto satisfacer las necesidades del comercio”. Puede afirmarse que el ágora ocupaba un lugar central en el plano de la ciudad, aunque en los puertos marítimos con una sola ágora, ésta se situaba en los muelles.

Atenas:
El Ágora desplazó a la Acrópolis como centro de la vida cívica. A su lado se levantaba el Cerámico (barrio de los alfareros), “el centro más próspera de la manufactura ateniense”. La importancia del ágora hace que sea muy improbable que la ciudad religiosa tuviera el monopolio en cuanto a esplendor arquitectónico.
El Ágora del Cerámico era irregular, con una cantidad de estoas inconexas, que producían una estructura parcialmente cerrada. 

            El gimnasio era un importante elemento en todas las ciudades griegas, y las más importantes contaban con más de uno. La palestra (escuela de lucha) se hallaba combinada a veces con el gimnasio.

Olimpia:
La palestra y el gimnasio sólo tenían una finalidad limitada y especializada. El gimnasio era un amplio cuadrilátero circunscripto por tres pórticos, uno de los cuales se utilizaba como pista cubierta para correr. La palestra consistía en un patio abierto rodeado por un peristilo. Fuera de éste se hallaban los vestuarios, vestíbulos, etc. Los baños y los depósitos para el aceite, la arena y los aparatos atléticos ocupaban parte de este espacio. En varias habitaciones había estatuas de dioses, héroes o atletas y, en otras, bancos de piedra para los espectadores y competidores.

La ciudad se entiende como una unidad indivisible, una totalidad, en la que no existen zonas cerradas. Podían estar rodeadas de murallas, pero no subdivididas en recintos secundarios. Todas las viviendas son del mismo tipo, y únicamente se diferencian por su tamaño, y no por su estructura arquitectónica. Se distribuyen libremente por la ciudad, sin formar barrios por categoría social. No aparece ningún palacio que destaque, ni que represente el poder o la autoridad de un jefe. La ciudad tenía una personalidad propia, un carácter que los griegos encontraban más afín con la unión de sus cuerpos y mentes que con la idea de un mero hábitat.

Esto puede ser muy relevante a la hora de pensar en la defensa de las ciudades que pueden ser las primeras en recibir las embestidas bárbaras.

El espacio de la ciudad, por lo tanto, se divide en tres: áreas privadas (viviendas), áreas sagradas (templos) y áreas públicas.  El Estado rige directamente las áreas públicas, e interviene en las sagradas y también en las privadas.

            Los templos sobresalen sobre todo lo demás, aunque más por su calidad que por su tamaño. Surgen en una posición dominante, distanciados del resto de edificios, siguiendo modelos de formas simples.
           
            Hipodamo de Mileto fue el primer urbanista con criterio científico riguroso. Este hombre es recordado por Aristóteles como autor de una teoría política (ciudad ideal) y como inventor de la “división regular de la ciudad” o "plano hipodámico".
            La ciudad ideal en palabras de Hipodamo: “imagino una ciudad de diez mil habitantes, dividida en tres clases, una compuesta por artesanos, otra de agricultores, la tercera de guerreros; el territorio debería estar dividido en tres partes, una consagrada a los dioses, una pública y otra reservada a las propiedades individuales”.
            Hipodamo se estableció en Atenas como protegido de Pericles, varias décadas después del vivo, al igual que Fidias. Entre ambos construyeron la actual imagen que tenemos del mundo heleno antiguo, pero hasta ese momento, los núcleos urbanos griegos eran bastante caóticos y con poco mármol.


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